The best Side of pensamientos negativos

Las personas con esta visión del mundo se resisten al cambio y temen todo lo nuevo. Son los que tienden a aferrarse a trabajos estables pero malos, toleran relaciones personales abusivas y se niegan a mudarse o a su nueva línea de trabajo.

Beck opinaba que los pensamientos negativos automáticos sabotean lo mejor de nosotros mismos y, en caso de no tener el más mínimo Command sobre ellos, acabarán provocándonos emociones tales como inseguridad, ansiedad e ira, sentimientos que son el combustible del que se alimentan nuevos pensamientos de este tipo.

Practica la empatía hacia ti mismo y recuerda que tus pensamientos no siempre reflejan la realidad de manera precisa.

Cuando frases como “nadie me quiere”, “soy un inútil”, “nunca me va bien en nada”, resuenan constantemente en la cabeza de una persona estamos frente a un problema que hay que identificar y resolver.

Es posible sospechar que existe un problema a través de la observación. Una persona con pensamiento negativo se caracteriza por lo siguiente:

Los pensamientos negativos no son más que eso: construcciones mentales aleatorias desagradables, agitadoras y productoras de ansiedad, normalmente basadas en remordimientos del pasado o temores sobre el futuro.

Por eso, lo mejor que podemos hacer es replantear la idea que es objeto de nuestra rumiación, averiguar qué hay de verdad en nuestros pensamientos y desechar lo que nosotros solitos hemos creado en nuestra mente antes de empezar a buscar una solución.

Ya hemos mencionado que una persona con actitudes pesimistas ve el mundo en blanco y negro. Piensa en extremos, dividiendo a la gente en perdedores y ganadores, y al mundo entero en bueno y malo.

El pensamiento de todo o nada implica ver las situaciones en términos extremos, sin reconocer matices ni posibilidades intermedias.

El miedo al qué dirán es un tipo de pensamiento que todos hemos vivido. Es ese proceso psicológico que nos hace preocuparnos de si la gente nos mira con malos ojos por la forma con la que vamos vestidos o temor a que, al hablar en público, opinen que se nos da mal.

Por ejemplo: Un niño que ha sufrido bullying en el colegio, puede llegar a creer que todas las personas a su alrededor de alguna u otra forma quieren hacerle daño.

Envejecer da miedo. Cada día se nos presentan nuevas pruebas de que ya no somos los mismos jóvenes de antes. Nos miramos en el espejo y sentimos que se nos escapan las oportunidades y que nuestras capacidades se ven comprometidas.

¿Te has planteado alguna vez la exhaustiva lista de pensamientos negativos que pasan por tu website mente a diario? Si no, prueba esto: ponte una goma elástica alrededor de la muñeca.

Sea cual sea el motivo de tu infelicidad, darle vueltas y preguntarte por qué te sientes así sigue manteniendo tu mente ocupada en pensamientos infelices. El primer paso hacia la felicidad es cambiar tus pensamientos.

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